Los ensayos de durabilidad o fatiga pretenden asegurar que el mueble es capaz de soportar los esfuerzos a los que se verá sometido durante su vida útil sin que se vea afectada su adecuación al uso.

Este tipo de ensayos consiste en aplicar un gran número de cargas –a veces incluso hasta 80.000 ciclos- sobre determinados elementos del mueble. Su finalidad es comprobar la resistencia de la estructura y sus componentes mediante la aplicación de las fuerzas que transmiten normalmente las personas al sentarse o levantarse.

Soportar correctamente estos esfuerzos de fatiga supone la garantía de calidad de una estructura sólida y uniones duraderas que demuestra en los modelos la resistencia necesaria para alcanzar niveles de uso elevados.

En el caso de sillas, sillones o sofás, se aplican en lugares concretos de su estructura: el asiento, el respaldo, los brazos, los reposapiés, etc.

Cuando el ensayo se realiza en mesas, se centra tanto en la superficie principal como en el bastidor, de forma que se asegura su resistencia a movimientos continuados: arrastrar la mesa, apoyarse, etc.

Los realizados sobre armarios, cómodas, mueble de cocina y baño, etc., están dirigidos fundamentalmente a sus elementos móviles, garantizando la durabilidad de cada elemento acorde con el nivel de uso que se espera de él. Los ensayos de este tipo más comunes son los de cajones, puertas, tapas abatibles, elementos extensibles y ruedas